El común de la gente tiene un concepto errado de la vida comunitaria de los religiosos y religiosas. Famosa la frase de Voltaire, " Se unen en comunidad sin conocerse, viven sin amarse, y mueren sin llorarse" por supuesto que de Voltaire, con sus experiencias negativas, con su congregación, no iba a prorrumpir en un magníficat sobre la vida religiosa. Pero es cierto que en las diatribas se encuentran migajas de verdades. No es del todo imposible que vivamos sin amarnos. Para los que ya han vivido muchos años la vida comunitaria, han tenido algunas de las experiencias que menciona el filosofo francés, y tal vez, hasta siendo protagonistas. Esta introducción que a primera vista, quiere ser una afirmacion de la vida comunitaria :
1- Cuando se comparte
2- Cuando tenemos la agilidad espiritual
3- cuando somos capaces de descender de nuestra torre de marfil para bajar al llano de los que tienen derecho a nuestra amistad.
4- cuando decidimos enterrar nuestros requemores y sembrar alrededor nuestro almácigos de fraternidad compartida.
5- cuando nuestros cohermanos pesan más que los amigos-pasatiempos en la balanza de nuestras preferencias.
6 - Cuando hacemos nuestra la propuesta del mandamiento del amor... entonces... entonces arrojaríamos al retrete de las infamias, las aseveraciones venenosas de Voltaire. Y si es verdad que muchos que tienen muchos años de vida comunitaria han pasado también en el el cadalso de la incomprensión y hayan bebido algunos sorbos de la soledad.., creo que han sido migajas comparadas con los días de plenas realizaciones y de felicidad comunitaria. Siempre va a ser verdad que uno somos arquitectos de nuestra vida y también es verdad que todos tenemos los mismísimos materiales para edificar nuestra felicidad. Todo depende de como usemos esos materiales....
P. Humbi.
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